Volviendo al trabajo de la Rice University, el 1 de agosto
del 2014 el equipo de investigadores publicaron su nueva investigación del elemento,
la segunda.
Esta vez se le ha aplicado una tensión medida en la cadena de
átomos de carbono, estirando la estructura un 3%. Suficiente para que el
material cambie de propiedades, pasando de conductor metálico a aislante. Esta
característica, según juzgan los científicos, puede resultar útil para activar
mecánicamente sistemas electrónicos y ópticos en nanoescala. La conducción de
la electricidad se basa en bandas prohibidas, que los electrones deben saltar
para completar un circuito y que son imprescindibles para los semiconductores,
gracias a los cuales es posible la electrónica moderna. Estas bandas prohibidas
se ensanchan al aplicar tensión al carbino, convirtiéndolo en aislante. La
posibilidad de usar una tensión para modificar los límites del carbino,
transformándolo de forma dinámica en conductor o en aislante, tiene un gran
valor. Los científicos animan a trabajar en la formación de cadenas estables del
material, señalando asimismo que otros compuestos unidimensionales podrían
estar sujetos a una transformación equivalente.
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